jueves, 5 de enero de 2012

Mi Regalo (atrasadíiiiiisimo) de navidad para mis lectoras...espero que les guste y me disculpen la demora...


ONESHOT NAVIDEÑO




Detén el tiempo”

-    ¡No me da la gana de entenderlo! – gritó Edward a Alice, su asistente personal. – No me interesa cuanto me repitan esas payasadas, no gastaré ni un dólar en adornos navideños. Creo que la situación actual del asilo está bastante crítica como para que vengamos nosotros a ponernos a despilfarrar el dinero en muérdagos y bambalinas. ¡Por favor, Alice! No parecen cosas tuyas, te creí más inteligente.
La pequeña damita encantadora de rasgos aniñados y cabellos negros rebeldes que apuntaban en varias direcciones entornó los ojos ante las muy predecibles palabras de su jefe.
-          Mira, Edward…tu anual actitud de Grinch* nos causa jaquecas a todos los que laboramos contigo en estas fechas. Trata de ser un poco menos egoísta y de pensar en alguien que no sea en ti mismo. No te gustan las fiestas, muy bien; pues no participes. Pero no les frustres las ilusiones a las demás personas normales que compartimos contigo el día a día.

Entrecerró sus ojos y tensó los labios en una línea fina ante las despreocupadas palabras de su asistente…y para mayor pesadilla, hermana.
Y sí que eran despreocupadas… Desde el año 2.005 hasta hacía unos cuatro meses el antiguo director del Departamento de Desarrollo y Bienestar Social que se desempeñaba; el mismo cargo que ahora él ejercía; se había dado a la tarea de realizar fabulosas jornadas para la recolección de dinero para poder proporcionar una mejor vida a las personas desamparadas o indigentes; como suelen llamar las personas a los mendigos para que les pesase menos en las conciencias cuando tuviesen que mirarlos de lejos con lástima; a su forma de ver. Y hasta hacía poco él había logrado mejorar la vida de alguien en particular.
La de él mismo.
Con un ingreso anual de más de cinco millones de dólares desde la fecha de su nombramiento, Mike Newton se había embolsillado un aproximado de más de treinta millones. Logró salirse con la suya tranquilamente, mientras que la administración pública le temía a su fama de ogro sin compasión y nadie tuvo las suficientes pelotas y ser capaz de enfrentarle y colocarle en el sitio que le merecía; el cual era debidamente tras las rejas. Pero no….en la vida real los malos que son millonarios no van a cárcel. Logran echar polvos mágicos a sus pies, hacer ¡poof! y desaparecerse. Dejando una cantidad de más veinte albergues y un asilo municipal sin recursos económicos, en los cuales más de tres mil quinientas personas se morían de hambre y frío mientras que el resto del mundo andaba cantando Jingle bells por las calles y comprando como si fuese el fin del mundo en cuarenta y cinco días.
-          ¿Sabes una cosa, Alice? Cuando me des un buen motivo por el cual me digas que debo gastar más de dos mil dólares en adornos para los albergues y el asilo, en vez de hacerlo en medicinas y comida; puede ser que me coloque en tu lugar y le dé la bienvenida al mes en donde el consumismo se dispara abismalmente así como los índices inflacionarios. – Edward se sintió muy pagado de sí mismo al decir esas palabras.

Se sentía prácticamente el ganador de ese altercado al haber usado algo de su recalcitrante arsenal sarcástico. Sin embargo, ella pacíficamente lo miró a los ojos y le sonrió con dulzura.
- ¿Sabes una cosa, hermanito? Si esa preocupación que tienes por los demás lo encausaras con más ternura, de seguro todo el mundo estuviese a tus pies. Es verdad que hasta ahora has conseguido mucho y te respetan por ser alguien exigente y honesto en cualquier trabajo o puesto que se te asigne. Pero solo los más allegados a ti, podemos ver ese lado vulnerable tuyo, y sinceramente esperamos que nos dejases acercarnos más a ti. Porque nadie puede ser feliz estando tan solo y siendo tan ácido y visceral, como lo eres ahora. – dicho eso le colocó en su mano una carpeta de manila. – Ahí tienes el motivo por el cual te dije que gastáramos en adornos navideños. Ahora me voy, debo terminar de cuadrar tu agenda y las cuentas que se le presentarán al auditor dentro de un mes.
Cuando una pagada Alice se retiró a su oficina, Edward se dignó a abrir el documento, el cual rezaba que tenían un nuevo beneficiario: el Imperio Swan. Al parecer, uno de los más antiguos donadores del Asilo “More than a Hope”(Más que una Esperanza), deseaba seguir haciendo labores altruistas con ellos, muy a pesar del escándalo que se había suscitado cuando, el mismísimo Edward lanzó a la luz la debacle económica y moral por la que estaba pasando el Departamento.
Los que antes solían realizar cuantiosas donaciones, decidieron no confiar en él basados en la “poca moral de la que había hecho gala en antiguo encargado”. La mayoría del voluntariado se había desaparecido en acción y los que más solían ir eran los que sentenciaban a horas de trabajos comunitarios por haber cometido algún delito menor. ¡Menudas joyas!
Pero en ese paliducho papel estaba impreso en letra negra, la impronta de una promesa que auguraba esperanza para esos casi cuatro mil desafortunados. Promesa que no venía de a gratis, puesto que venía con la condición de que las instalaciones deberían de estar decoradas y preparadas para que esas personas recibieran una “navidad digna”…palabras textuales.
Se suponía que al día siguiente recibirían a la cabeza de los Swan que se encargaría de sellar el trato…o no.
Así que tendría que haber navidad, lo quisiera Edward o no…Y entonces, el derrotado Jefe de Desarrollo y Asistencia Social de la ciudad de New York, tuvo que morderse la lengua y largarse a su oficina, en la cual se encerró con un sonoro portazo.
¿Qué más les daba a esos encopetados si ponía un maldito árbol con luces o no?
Esa condición era reverendamente absurda.

000000
Para leer el resto de la historia haz click AQUÍ

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...