miércoles, 24 de abril de 2013

NOCHE DE SAN JUAN Capítulo 11 "More than words"










MORE THAN WORDS


- ¿Ducha sin condones? Creí que habíamos quedado en no arriesgarnos más.

- Y no lo haremos. Estoy tomando la píldora y creo que hemos pasado el peligro.

- ¿Por qué no me lo habías dicho?

Edward me miraba confuso, no entendía porque no le había comentado algo tan importante.

- Para no precipitarnos y darte una sorpresa ¿no ha sido una sorpresa?

- Sí, estamos los dos desnudos, ya te he sonsacado la información a base de ducha masaje y lo que más me apetece es…

Se acercó a mi oído y en susurro me explicó detalladamente todo lo que quería hacerme. Yo no pude más que reír ya que no veía posible la mayoría de las cosas y no quería acabar en urgencias.

- ¿Y no te conformas con algo rapidito que me mantenga los pies en el suelo?

- ¿Algo tan tradicional? ¡Naaaah!

 Riendo. me besó bajo la cascada de agua, mientras me agarraba de la cintura con sus brazos cruzados en mi espalda para que no me resbalase y me apoyó contra la pared de cerámica tipo pizarra. Al menos era más segura que el típico azulejo brillante y resbaladizo.

Me besó hasta dejarme sin aliento y me penetró con suavidad.

- No voy a dejar que te caigas -me aseguró.

- Creo que ahora sería difícil que fuera la única que acabara en el suelo, ya que estoy "firmemente" sujeta a ti.

- ¡Ummmm! ¿Humor sarcástico mientras le hacen el amor señorita Swan? No es típico de usted.

Me ruboricé y me besó mientras emitía un dulce ronroneo de satisfacción.

- No se ruborice querida, me alegra que se vaya soltando y confíe en mí.

- No me hables así, se me hace raro. Confío en ti más de lo que lo he hecho jamás en nadie.

En ese momento me di cuenta que debería haberme mordido la lengua.
¿A qué se debía esa confesión?.
Edward había parado de moverse y me tenía aplastada contra la pared y me miraba fijamente. 
Me era imposible descifrar que estaba pensando en ese momento.
La había cagado fijo.
Mi cara dejó de observarle para perderse en el nacimiento del vello de su torso, justo en el cuello, mientras acaricia inconscientemente su nuca haciendo pequeños círculos.

- Bella -me nombró con voz ronca- mírame por favor.

 Levanté la vista hacia a él con un nudo en la garganta.

- El hecho de que confíes en mí, me reconforta profundamente y espero estar a la altura de esa confianza ¿de acuerdo?

Tragué con dificultad las miles de emociones que se me acumulaban amenazando con asfixiarme, y tan solo pude asentir.
¡Mierda!  estaba perdidamente enamorada y solo faltaba llevarlo escrito en la frente para ser un blanco fácil para sufrir una decepción, y él lo había notado.
Si le hubiese soltado un "te amo" no creo ni que se hubiera sorprendido. Mis sentimientos hacia él me traicionaban y como Alice decía, el descubrírselos a un hombre, era que jugara con una ventaja que no me convenía en absoluto, pero ya estaba hecho y no había vuelta atrás.

Comencé a soltar mis piernas que estaban firmemente agarradas a su cintura.

- ¿Qué ocurre?

- Lo siento no quería estropear este momento.

- ¿Por qué dices eso? No has estropeado nada Bella, al contrario -agarró mis piernas y las puso de nuevo alrededor de su cintura ya que él no se había movido de su posición y empezó a besar mi cuello hasta llegar al hueco debajo de mi lóbulo derecho, donde rozó sus labios causándome un escalofrío -al contrario, haces que todo sea mejor, que las sensaciones se intensifiquen. Eres muy apasionada y tan generosa cuando lo hacemos… -movió su cadera hacia atrás empujándose dentro de mí- como me ves, nada se ha estropeado. 

Su sonrisa pícara me devolvió la mía, y comenzó un vaivén que hacía que mi espalda chocara contra la pared una y otra vez. Mi concentración perdida, pronto se focalizó en Edward y su ardiente mirada de deseo, que recorrió todo mi cuerpo encendiéndolo de nuevo.

El chocar de nuestros cuerpos mezclado con el sonido del agua era tan excitante que llegué al clímax en cuestión de segundos. 
Edward era fuerte y me sujetaba con seguridad. Yo era una muñeca entre sus brazos. Cuando llegó y se derramó dentro de mí, jadeó en mi sien.

- Quiero que sepas, que para mí eres la chica ideal, por favor no lo dudes.
Ha sido genial estar dentro de ti como la primera vez, sin nada entre nosotros, piel con piel.

Y me besó. Me besó y me besó hasta que nos deslizamos poco a poco por la pared húmeda quedando sentados en el plato de la ducha.
Edward no pudo ver las lágrimas que recorrían mi cara mezcladas con las que caían del rociador.
Odiaba mi mala suerte. Había encontrado al chico ideal pero era de la ciudad equivocada.

Esa noche dormí literalmente amarrada a él.
Edward dormía boca arriba y  yo lo sujetaba firmemente con mi piernas rodeando uno de sus muslos y con mis manos sujetando el brazo del mismo lado.
Así me dormí y así me desperté por la mañana.

- ¿Qué tengo que hacer para que me lo digas?

- No tienes que hacer nada Jasper. ¿Supéralo! 

- Es que por mas que le doy vueltas no puedo imaginar cuando me viste desnudo.

Edward me miraba desde el otro lado de la barra de desayuno, de la cocina americana del apartamento de sus padres con esa medís sonrisa de vez en cuando guiándome un ojo. 
Desde que nos habíamos levantado habíamos tenido a Jasper pegado a nosotros.

Jasper volvió a la carga.

- Ya lo tengo. Te gusta mirar. Te has colado en la habitación de Alice mientras lo hacíamos, está claro.

Mi cara debía de ser un poema, porque Edward comenzó a negar con su cabeza mientras aguantaba la risa.

- ¡Bingo! ¿Cuándo fue?

- Yo no he hecho tal cosa -dije.

- Tu rubor te delata Bella -dijo Jasper.

- Déjala en paz Jazz - por fin Alice decidía tomar partido.

- Cuéntame, ¿qué te parece? Edward está bien armado, pero yo tampoco me quedo corto ¿no?

La tostada que estaba untando de mermelada, voló por encima de la mesa hasta acabare en la cabeza de Jasper.

Me llevé la mano a la boca al drama cuenta de lo que había hecho, mientras Edward rompía por fin en carcajadas.

- Lo siento Jass, pero me has superado, y no te voy a contestar a eso.

Jasper no salía de su asombro mientras Alice reprendo la risa le quitaba parte de la mermelada del pelo.

- Joder Bella, esto va a tener represalias que lo sepas.

- Ni se te ocurra -le dijo Edward- tú la has presionado, deja ya de insistir maldito egocéntrico.

- Esperad un momento chicos -habló Alice- a mí también me interesa ese tema sobre la armadura de Edward, además, así estaríamos en igualdad de condiciones Bella, tú has visto lo que yo tengo cada noche en mi cama y quiero saber lo que tú llevas a la tuya -dijo con mirada insinuante.

- ¡ALICE! - chillé.

- Oh vamos Bella, quiero saber.

- Pero esto no es como cuando éramos niños chicos, "enséñame tu cosita y yo te enseño la mía"

- La mia de cosita nada guapa, en todo caso "Cosota"

- ¿"Cosota"? Joder Jass, eres la leche -soltó Edward.

Esto no tenía ninguna pinta de solucionarse, así que decidí decir la verdad.

-Bueno pues yo no he visto tu, tu, tu…

- ¿Cosota? -rió Edward, al que fulminé con la mirada por su falta de colaboración.

- Lo único que he visto ha sido tu trasero depilado.

- ¿Trasero? - comentó Alice mientras yo asentía.

- Yo no me depilo el culo tía.

- Bueno puesto tu culo blanco y lampiño.

- ¿Pero de dónde has sacado a esta tipa Edward, que dice trasero en vez de culo y usa palabras como "lampiño"?

- Al margen de eso -soltó Alice- es un buen culo Bella, reconócelo.

- Sí, sí. Es el mejor culo que he visto en mi vida -estaba dispuesta a decir lo que fuera por zanjar ese asunto.

Cuando levanté la mirada, un orgulloso Jasper besaba el tope de la cabeza de Alice mientras Edward me dirigía un fruncido ceño, que yo rápidamente intenté de aligerar al rodar mis ojos hacia atrás y negar con la cabeza. Me acerqué a él y me puse de puntillas.

- No sé lo cree ni él, pero de alguna forma había que parar esto -le susurré al oído.

Acto seguido me abrazó y yo le correspondí mientras girábamos nuestras cinturas con los pies firmemente en el suelo.
Era cuando hacía esas cosas, que esa sensación de presión que nunca me abandonaba desde que había admitido mis sentimientos hacia Edward, se intensificaba más.
La noche anterior me había pedido que confiara en él, pero hasta ahora no había hecho nada para darme un mínimo de esperanza. Yo no quería que esto acabara con el verano, pero él, aun no había hecho ni la más mínima alusión al tema.

¡Disfruta Bella, disfruta! te lo has prometido a ti misma, vive el momento. 

Qué difícil era seguir mi propio consejo.


- He estado pensando en que esta semana podría venir a ayudarte a limpiar el apartamento antes de que lleguen tus padres.

- Oh no te preocupes. Carmen viene los martes y viernes a dar una vuelta y limpiar un poco.

- ¿Carmen? nunca hemos coincidido con ella.

- Es la mujer que se ocupa de que el apartamento esté en condiciones en invierno y verano. Mi madre la contrató el año que compraron el apartamento y suele venir  a partir de las doce del mediodía, me deja la comida hecha -dijo guiñándome un ojo.

- Bueno, eso está bien, es una suerte poder permitírselo.

- Te aseguro que aunque no te lo parezca no le doy demasiado trabajo.

- No sabría yo -le comenté entre risas.

Fuimos a la playa y allí nos juntamos con unos chicos que necesitaban gente para jugar a Voleybol.
A mí los deportes se me daban fatal, pero acepté jugar aunque fuera para hacer bulto.
La mañana pasó rápido y fuimos a almorzar algo a un chiringuito, donde acabamos tomando cócteles como unos turistas más.
Edward se quedó a dormir conmigo y así comenzó otra nueva semana.
Pasó el lunes, miércoles y llegó el viernes junto a los padres de Edward. Ese día me vino a buscar feliz, habían escogido su proyecto y lo iba a celebrar con ellos comiendo al día siguiente. Yo me sentí extraña, porque para mí también era una gran noticia, pero no parecía que la celebración la tuviera que compartir conmigo. Luego me reprendí por pensar así. Ellos eran sus padres y él, al fin y al cabo lo había celebrado conmigo de otra manera, con emoción, felicidad y unos besos muy efusivos.
El sábado por la noche salimos de fiesta para no perder la costumbre. Acabamos paseando descalzos por la playa. Edward estaba muy callado y yo solo miraba como mis pies se hundían en la fina arena, provocando un ligero masaje en ellos.
De pronto Edward me tiró del brazo y caímos al suelo riendo. Sujetando mi cabeza por el cuello se inclinó y me besó.

- ¿Ya te he dicho que han elegido mi proyecto para ser construido como el centro comercial? -Me reí de su entusiasmo.

- Creo que como unas veinte veces en veinticuatro horas -le solté poniendo los ojos en blanco burlándome de él.

Con su otra mano me acariciaba el rostro y con sus dedos tentaba a mi boca pasándolos por mis labios.

- Y ¿te has dado cuenta de lo que eso significa? -su mirada seguía la linea de sus dedos en mi boca.

- ¿Qué vas a cumplir el sueño de todo arquitecto? ¿Qué vas a convertirte en un ejecutivo trabajador y el orgullo de tus padres? 

Su mirada hasta ahora perdida, se dirigió a mis ojos. Si hubiera tenido que descifrar lo que me querían decir, creo que jamás lo habría adivinado. No parecía querer mostrarme lo que sentía en ese momento, hasta que después de unos interminables segundos comenzó a hablar.

- El centro comercial se va a construir aquí, en Santa Bárbara. Y da la casualidad, que tú estás en el mismo sitio. ¿Qué más puedo pedir? 

Y después de esa declaración de intenciones, devoró mi boca hasta dejarme sin aliento. Mi corazón palpitaba a un ritmo frenético, mientras la herida de mi interior, comenzaba a sanar. 
No necesitaba más, aquello eran más que palabras.
En mi cabeza tan solo podía ver la palabra que jamás diría "Te amo", mientras una vieja melodía sonaba en mi cabeza, la balada de Extreme "More than words" mientras precariamente, intentaba retener las lágrimas.



N.A.: Bueno otro capítulo más. Este va a ser el fic más lento del mundo mundial.
Por cierto, ¿no os parece que esta Bella es algo pesadita y algo negativa? a mí ya me estaba poniendo un poco de los nervios.

Espero vuestras reflexiones. Animaos chicas! que cada vez somos menos :P


May  Cullen

viernes, 12 de abril de 2013

ONE SHOOT




DIARIO DE UN GIGOLÓ

by May Cullen

Edward es un gigoló, que nos narra sus experiencias como si de un diario se tratase.


NOCHE DE SAN JUAN "Aquí y ahora" capítulo 10









"Aquí y ahora"


La última semana había sido especial.

Desde el sábado anterior en el que jugamos con el helado, pasando por toda la semana como una pareja, que lleva mucho tiempo juntos y se compenetra perfectamente.

Fue una alegría el saber que no la había dejado embarazada, no quería enfrentarme, ni dedicarle ni un solo pensamiento a esa posibilidad, había decidido que si nuestra imprudencia tenía su fruto, nos preocuparíamos y hablaríamos de ello cuando ese hecho se confirmara, pero me negaba a hacerlo antes de tiempo.

Al final todo resultó una falsa alarma y a partir de ese momento se acababan los riesgos innecesarios.

La noche que la invité a casa de mis padres a cenar, se lo dije. Le dije exactamente lo que pensaba y lo a gusto que me sentía con ella. Algunos días mientras paseábamos por la playa por las mañanas la había notado callada y triste, como si estuviera melancólica.
Eso me hizo pensar que quizás echaba de menos algo o a alguien, pero Jasper me sacó de dudas cuando me dijo que Alice le había comentado que hacía mucho tiempo que Bella no se encontraba en una relación.

Repetir nuestra sesión de sexo en el espejo, hizo salir al pervertido que llevo dentro y aunque me encantaba que se dejase hacer, también me gustaba mucho cuando tomaba la iniciativa y me encontré deseando que lo hiciera más menudo.
Estaba claro que alguien había dejado su autoestima algo dañada y yo me iba a encargar de restablecerla al lugar donde debía estar.
Teníamos un largo verano por delante para trabajar en ello.

Otra semana pasó envuelta en la rutina de las mañanas de playa, los masajes con el bronceador, y mis simuladas siestas, para calmar al monstruo que habitaba entre mis piernas cada vez que Bella me tocaba. Ella mientras tanto, se tostaba al sol.
Me habría encantado tener una playa privada donde lo pudiera hacer totalmente desnuda para evitar las antiestéticas marcas de su bikini. Bella bronceada era un pecado para la vista. Había comenzado a recogerse la parte trasera cuando tomaba el sol en la espalda y cuando lo hacía, directamente me iba a dar un baño, ese pequeño culo respingón me tenía loco.
La mayoría de las tardes, Jasper las pasaba con Alice y algunas veces, me unía a ellos si salían a hacer compras o a alguna cafetería hasta que se hacía la hora de ir a buscar a Bella.
La mayoría de las noches las pasábamos en su apartamento, donde siempre teníamos sexo. Nunca había tenido tanto y tan a menudo, ni siquiera con Victoria, que era una auténtica depredadora sexual.
Con Bella tenia sentimientos encontrados. La deseaba continuamente, lo mismo la quería devorar y follar fuerte y duro, que hacerle dulcemente el amor, pero lo que  más deseaba, es que esos días no acabaran nunca.

El viernes salimos de fiesta y aunque no soy de los que bailan en las discotecas, me lanzaba a la pista con ella sin pensármelo dos veces. Jasper me miraba alucinado, y yo simplemente me encogía de hombros y le guiñaba un ojo. Solo bailaba, tampoco hacía como él, que no podía remediar hacer el payaso continuamente, provocando las carcajadas de Alice y Bella todo el rato.

Alice y Jasper hacían una gran pareja. Lo mismo estaban a punto de ser echados por escándalo público, que reían y bailaban sin parar. Me sorprendió saber que Jasper estaba pensando en buscarse algún trabajo allí  para cuando acabase el verano. Quería tomarse un año sabático ya que la carrera de derecho le tenía muy estresado, o quizás hacer unas pocas asignaturas a distancia. Él nunca, y cuando digo nunca, es exactamente eso. Nunca se había planteado una relación a largo plazo y no podía sentirme más contento por ello, pero una pregunta había quedado en el aire, la cual me negué hacer en el momento en el que me lo contó, y era si Alice, sabía que Jasper tenía esos planes.
Según Bella, hasta ese momento, Alice había utilizado a su antojo a los hombres y había tenido varias relaciones de varios meses, y aunque se les veía tan bien juntos, eso no quería decir, que fuera a ser uno más de su lista.

Yo no me había planteado nada, solo quería disfrutar del "Aquí y ahora" éramos jóvenes y mi proyecto de fin de carrera estaba entre los finalistas para hacerse realidad como el nuevo centro comercial de Santa Bárbara y solo esperaba que mi padre tuviera la suerte de conseguir el contrato, para construirlo codo a codo con él si llegaba a ser finalmente elegido.

El sábado nos fuimos los cuatro a cenar a un mejicano y disfrutamos de una fiesta en la playa de nuevo, Bella y yo procuramos no beber demasiado y como mis padres hasta la semana siguiente no vendrían a pasar sus vacaciones de verano, decidimos aprovechar para ir al apartamento. 

- ¿Qué os parece si jugamos unas partidas al strip póker? -comentó Jasper-

- ¡Ni de coñá! -contestó rápidamente Bella- Juego fatal y seguro que acabo desnuda la primera, además, para mí no tiene mucho aliciente, ya os he visto desnudos a todos.

Jasper y yo nos quedamos mudos del asombro y mirándola con cara interrogante, mientras Alice no parecía darle importancia. ¿Cuándo había visto Bella a Jasper desnudo? estaba claro que a su amiga lo habría hecho en más de una ocasión, las chicas hacían esas cosas de desnudarse las unas delante de las otras, pero ¿Jasper?

- ¿Y cómo es eso? -le pregunté-

- ¡Ahhhh! Si quieres te lo cuento mientras probamos de nuevo esa ducha de hidromasaje tan increíble, que tienen tus padres en su habitación -me dijo mientras me guiñaba el ojo con una sonrisa pícara.

Jasper bufó, mientras gruñía un "maldito cabrón con suerte" pero algunos beneficios tenía que tener al ser el hijo de los dueños del apartamento.
No me lo pensé dos veces. La agarré de la mano.

- ¡Muy bien! Te sacaré la verdad activando el hidromasaje frontal y lateral simultáneamente.

Bella estalló en carcajadas mientras me seguía al dormitorio.

Ya debajo de la ducha, me confesó que había visto desnudo a Jasper la primera vez que pasamos la noche juntos, cuando a la mañana siguiente llegó al apartamento que compartían Alice y ella y entró a comprobar que estuviera su amiga. Allí encontró a Jasper atravesado encima de Alice y tuvo una visión perfecta de su culo.
Lo había visto desnudo, estaba claro, pero no cómo él había pensado.
Sin duda a la mañana siguiente me torturaría hasta averiguar cuando lo había visto Bella en paños menores, y yo, iba a disfrutar mucho de sus técnicas de persuasión.


May Cullen

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