Carlisle acomodaba todas su cosas mientras de
la maleta sacaba un caramelo para dárselo a su pequeña paciente.
-esto es para ti bella, por ser tan buena
niña- tendió el dulce a una pequeña niña de hermosos y rizados cabellos.
-gacias tío Cali ¿bella ya puede id?-
pregunto mirándolo con aquellos grandes ojos color chocolate.
-si mi niña, ya acabamos con tu consulta-
respondió mientras cuidadosamente Bella bajaba de la mesa de revisión y abría
la puerta de la habitación.
Carlisle miro como esa pequeña salía
corriendo con el dulce en mano; se quito la bata y también salió cerrando la
puerta a su paso.
Aro esperaba como siempre un tanto lejos del
lugar, aguardando a que su hija viniera a él.
Pudo escuchar como Bella corría por el pasillo con pasos algo torpes y
no muy seguros, pronto llego gritando con su padre.
-pa, papi, mida, tío Cali me dio eto po
pótame bien- balbuceo mientras Aro la cargaba en brazos.
Atrás de ella venia el medico tío.
-Carlisle, ¿Cómo se a portado?
-mejor que otros pacientes- miro hacia otro
lado- es una buena niña, al parecer no tiene nada malo, solo le he recomendado
unas vitaminas y que salga mas al sol, su piel es demasiado blanca.
-amigo mío, ella pasa la mayoría del día en
los jardines de la casa jugando con sus juguetes e incluso con alguno de
nosotros.- aro parecía algo perturbado por el hecho de que su hija pudiera
encontrarse enferma.
-entonces, debo suponer que solo es su
verdadero color de piel.
-supongo que si-aro parecía algo agobiado,
desde que su amigo había llegado hace unos tres días, se la había pasado
pensando en una idea que le había surgido.
-Carlisle, amigo , ¿ te importaría que
charláramos en el jardín?
-no para nada… pero…ella- miro por un momento
a la niña que Aro sostenía en sus brazos, de apenas tres años que comía su
dulce alegremente.
-no te preocupes, ella sabe lo que sucede
cuando la luz toca nuestras pieles.
Sin mucha dificultad caminaron hasta que
llegaron a los pórticos que daban el acceso a un hermoso jardín que se extendía
hasta donde la vista alcanzaba a cubrir, Aro dejo a Bella en cuanto esta vio el
sol y a Alec entrenando.
Volterra no era un lugar muy grande, y menos
el castillo donde ellos habitaban pero al menos sabia que en ese lugar lleno de
vampiros estaba bien.
-parece que Alec y Isabella se llevan muy
bien- miraba como Alec trataba a la niña, como si fuera su hermana pequeña,
jugaba con ella, corriendo de un lugar a otro.
-el cariño que le tiene es de hermanos- Aro
miro hacia donde andaban Félix y Demetri- la mayoría son muy pacientes con
ella, es una niña en verdad especial, sin embargo hoy quisiera hablar de otra
cosa contigo.
-habla entonces
-amigo, te estimo demasiado como para
obligarte a algo que tu no desees, pero me gustaría que en tus decisiones
estuviera la de poder venir a vivir a Volterra, mi hija a pesar de todo es solo
una humana, me agobia la posibilidad de verla
enferma.
-Aro, sabes que te aprecio mucho, en verdad
me gusto pasar con ustedes el tiempo que me acogieron, pero mi vida está con mi
familia, sin ellos no sé como seguir.
-pues si ese es el caso, tráelos contigo,
podremos emplearlos para que cuiden de mi hija.
-aun así, nuestras costumbres son diferentes
Cuando Carlisle decía “costumbres” siempre se
refería a la forma de alimentación, desde que había iniciado su vida como
vampiro, se había sustentado con una dieta al que el mismo decía vegetariana,
pues solo consumía sangre de animales, sin en cambio, todos los demás vampiros
se alimentaban de la sangre humana.
-no me importa si te alimentaras de sapos,-
trato de relajar el ambiente- pero necesito tenerte aquí, los viajes desde
estados unidos son muy largos y si hubiera una emergencia me gustaría tenerte
de inmediato.
Carlisle lo medito, en el jardín, Bella había
dejado que Demetri se uniera al juego, aunque Félix parecía distante, se veía
divertido con aquella escena de vampiros con grandes poderes jugando con una
pequeña niña.
-no lo se, de verdad esta no seria solo una
decisión mía solamente, sino de mi familia, aprecio mucho tu oferta pero por el
momento tendré que desistir de ella.
-como prefieras, pero la oferta siempre
estará en pie-y dicho esto se acerco se encamino hacia su hija.
Carlisle miro como ella sin ningún temor
abrazaba a su padre y le daba un fuerte beso en la mejilla, era extraño ver a
una pequeña humana como aquella viviendo entre tanto vampiros, y mas aun que
viera sus cuerpo brillar al sol sin temer o extrañarse.
La niña se deshizo del abrazo de su padre y
corrió hacia él, su vestido de terciopelo rojo era muy lindo, le quedaba un
poco más arriba del tobillo con un lindo detalle en color negro, su cabello
estaba recogido en una coleta y algunos mechones colgaban en su cara, parecía
una niña de otra época.
-tío, quedes venir a jugar con Bella
-no Bella, ahora me tengo que ir- se agacho
hasta quedar a su altura y le acomodo un mechón de sus marrones cabellos atrás
de la oreja.
-¿puque?- pregunto muy curiosa.
-por que mi esposa e hijos me esperan en
casa- contesto.
-¿mañana puedo jugar con tus niños?
-no precisamente mañana, pero algún día
vendrán a visitarte.
-seguro
-muy seguro.- Bella sonrió y vio a Carlisle
directo a los ojos, de repente sus manitas fueron a las mejillas y sus miradas
se cruzaron por un segundo.
-tus ojos son diferentes-dijo con picaría.
-si Bella, todos los ojos de las personas son
diferentes- trato de decir Carlisle.
-no es no cieto, los demás son dojos, como mi
vestido, los tuyos son muy bonitos, ¿Qué colo son?
-son
de color ámbar- dijo algo sonriente, para su corta edad era muy despierta.
-bueno, entonces tío Cali se queda a cena con
Bella- dijo dejando a una lado aquella pequeña duda de los ojos.
-Isabella, no puedo- trato de excusarse.
-amigo mío, no te negaras a la invitación de
una doncella tan linda como lo es mi sobrina ¿ o si?- Marcus se acercaba
sigilosamente hacia donde se encontraban.
Tío Macu- chillo la pequeña mientras corría a
abrazar las piernas de este.
-dile que no vaya, la luz, los demás no
entienden y verán a tío cali diferente- trato atropelladamente de decir la
niña, aunque Carlisle no pudo entender muy bien, marcus sonrió complacido de
que aquella niña supiera sobre aquel tipo de cosas.
- ella tienes razón mi amigo, todavía no
oscurece, deberías quedarte hasta después del crepúsculo para mayor seguridad.
Carlisle se sorprendió solo un poco, pues en
verdad solo hasta cierta parte esa pequeña sabia sobre lo que la rodeaba.
-entonces tendré que irme después de la hora
de la cena.- Carlisle vio en dirección de Isabella que brincaba y aplaudía de
felicidad. De repente recordó vagamente a una personita que se le parecía,
dejando que se le formara una sonrisa en el rostro.-siiii!- grito mientras se
alejaba en dirección a su padre.
-¿Cómo es posible?- pregunto Carlisle para si
mismo.
-te inquieta algo mi amigo-cuestiono Marcus.
El movió la cabeza negativamente.
-nada, simplemente es algo extraño tratar con
una pequeña que sabe tanto.
-créeme, no eres el único, Isabella es una
humana muy especial, incluso para su corta edad, ella entiende su mundo y no lo
cuestiona, solo ve el lado positivo, todos los que la rodean le tienen un
afecto, hasta Cayo es demasiado tolerante con ella.
Eran ya dos veces en el dia que Carlisle
escuchaba decir el cariño que sentían hacia ella y lo especial que era. Mientras
hablaban y miraban hacia los jardines, Jane se acerco a Marcus.
-mi señor, Heidi a llegado con la caza del
día.- su sonrisa frívola y sus ojos rojos daban a atender que ella podía ser
todo, menos amable o bondadosa.
-perfecto, ya saben a donde conducirlos, en
unos momentos vamos, por favor infórmale Cayo.
Jane hizo una pequeña reverencia y se marcho
casi tan rápido como había llegado.
Marcus se disculpo y fue hacia su hermano
Aro, quien dibujo una sonrisa en cuanto escucho la noticia.
Todos los vampiros casi de inmediato
desaparecieron de la vista, dejando un poco sola a la niña. Esta corrió
entonces en rumbo a Carlisle. Aro iba detrás de ella.
-tío Cali puede acompaña a bella a su cuato-
dijo mientras tiraba de su brazo.
- Carlisle, te molestaría acompañar a
Isabella a su cuarto mientras nosotros nos ocupamos de algunos asuntos, te
invitaría, pero bien se que no vez con buenos ojos nuestra alimentación.
-Aro, no me molestaría acompañar a Isabella
en su ausencia.- señalo tratando de cortar esa conversación de tajo.
-perfecto, mi niña,- dijo Aro acariciando
gentilmente el rostro de la pequeña- en un momento regreso, me prometes que te
portabas bien.
Aro se agacho hasta quedar a su altura y
Isabella le dio un pequeño beso en la mejilla a su padre a modo de respuesta.
Este se alejo a paso veloz, dejando ver un
pulcro traje, digno de un rey como él.
Ella se encamino de vuelta hacia su
habitación de juegos. Carlisle la siguió sin decir nada, la verdad no sabía que
hacer, pues en su vida había estado en alguna situación como aquella.
Cuando Isabella abrió las grandes puertas de madera,
Carlisle miro asombrado aquella habitación. Lleno de libros y muñecas de
hermosas caras, en un espacio había un gran mosaico, donde dibujos de todos
tipos se formaban en el, rosas de rojos diferentes, aves y animales de todo
tipo adornaban aquel sitio.
En una orilla había todo un hermosa mesa
dispuesta con bocadillos y te recién preparado, la sala que estaba en ella se
encontraba ordenada, los sillones de
diferentes formas combinaban con las paredes de un leve lila pálido.
Isabella corrió hacia la mesa y tomo un plato
de bocadillos, en el cual ofreció a su nuevo invitado.
-¿quiedes uno?- pregunto algo divertida.
El no tuvo más opción que coger uno y
llevarse un pequeño trozo a la boca, asqueado un poco por la textura.
-sabes, casi no pueban mi comida cuando
vienen los demás con Bella, etoy feliz que tio cali si lo haga.
Carlisle se sentó en la sala mientras veía
como Isabella corría de un lado a otro tomando algo y volvía a enseñárselo.
De repente un grito apenas audible atrapo la
atención de Carlisle, pensó que tal vez por su sentidos el solo lo había
escuchado, pero no fue así.
-sabes, cuando Bella escucha eso, casi siempe
huele muy feo. A Bella no gusta.
Esta frase en particular llamo la atención de
Carlisle.
-¿a que te refieres Isabella? ¿Qué hueles?
Ella soltó un leve suspiro antes de
contestar. Se acerco y le susurro al oído.
-no digas a nadie, pero huele muy dado, como
a sal con algo más, Bella no sabe.
Después de ese momento Isabella recupero su
agitada tarea de mostrar a Carlisle con lo que se le ocurría
Pasado el tiempo ella se cansaba cada vez
mas, solo tomo un poco de te con un par de bocadillos y se durmió en el sillón
mas largo con forma de abanico.
El tiempo paso casi imperceptible para
Carlisle, cuando las puertas se volvieron a abrir y entro un Aro muy sonriente.
-disculpa la demora- se excuso.
-no importa, pero me temo que debo irme.
-lo entiendo, Félix a preparado un auto para
ti, puedes marcharte cuando lo desee, el te acompañara hasta el aeropuerto.
Se despidieron y Aro lo acompaño hasta salir
por una de las puertas trasera de Volterra, en la calle, protegidos por la
oscuridad se encontraban un auto negro de vidrios polarizados y a un muy serio
Félix.
-amigo, por favor considera la propuesta que
te he ofrecido esta tarde, no la olvides.
-créeme, no la olvidare, hasta luego Aro.
Subió al carro y se fue si decir nada mas,
sus pensamientos estaban el torno a la hija de su amigo.
¿Acaso Isabella podía oler la sangre humana?.
Era normal en un vampiro, pero lo dudaba de una hija procedente de un vampiro
que era mas humana que vampiro.
No sabía porque pero tenía la extraña
sensación que no permanecería lejos de esa niña por mucho tiempo.
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perdon por la demora pero aqui tienen el segundo capitulo!!!!!
por favor dejen sus comentarios y/o sugerencias como gusten =D