miércoles, 26 de diciembre de 2012

solo tu amistad. prologo


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pov Alice 

El reloj sonaba insistentemente, su “tic-tac” resonaba en mis oídos, en mi cabeza, cada minuto y cada segundo que quedaba atrás era algo que me alegraba, pero a la vez, hacia que mis temores crecieran en igual medida. ¿y si no venia? ¿y si ya no deseaba verme nunca mas?
La verdad no lo culparía de nada ni me reprocharía yo misma algo, hace mucho tiempo que me había resignado a ser solo su amiga, era lo único que podía existir entre nosotros, sin embargo, no me arrepentía de haber estado juntos, pues a pesar de lo que paso, seguiría con nuestra amistad como si nada, por que, aunque mi corazón quedara devastado y echo trizas, era lo único que me unía a el, solo su amistad.
El sonido de la puerta de la cafetería abriéndose hizo que pusiera mi mirada en la persona que la atravesaba,  mi corazón empezó a acelerarse tanto, que temía que en algún momento dejara de hacerlo, apreté mas fuerte la taza de café que tenia entre las manos, el nerviosismo se empezaba a colar en mi cuerpo. Echo un vistazo fugaz antes de verme, su misteriosa y sexy sonrisa se hizo presente, y con paso que me parecía lentísimo, avanzo hacia mi mesa.
Su cabello rubio, largo y rizado, sus profundos ojos verdes, iba vestido con una chamarra color caqui y unos jeans ya desgastados. Tomo asiento justo enfrente de mi, sin saludarme con un beso en la mejilla, como antes, sin ninguna mirada, nada.
-hola Alice, me da gusto que vinieras- dijo con una sonrisa que no le llego a los ojos.
-jazz, como no iba a venir, crees que me negaría una buena taza de café con mi mejor amigo- trate de decir algo amable para relajar un poco el ambiente, sin embargo, el lo tomo como algo mas, como si no sintiera nada mas allá de eso, si supiera.
Pidió un café moka que le fue traído casi en seguida, acompañado de unos roles de canela.
El silencio que empezaba a hacerse presente entre nosotros era cada vez mas insoportable, trate de poner mi atención en otra cosa, pero lo único que deseaba era hablar con el, saber si recordaba, saber…
- alie, sabes porque deseo hablar contigo- su tono de voz era serio. No se dignaba a verme a la cara.
-claro, de vez en cuando los amigos toman tazas para hablar- trate de desviar el tema, empezaba a ver a donde quería llegar.
-alie- en su voz era claro el tono de advertencia.-por favor- pidió.
-lo se Jasper- suspire y mi vista se claro en lo que sostenía entre las manos.
-Alice, lo que paso entre nosotros, cuando yo…yo desde que te conozco te veo como a una hermanita, siempre creí que nosotros seriamos amigos, pero después de lo que paso yo… - comenzó pero lo detuve, no deseaba, no quería que el digiera que se arrepentía de esa noche, cuando para mi había sido lo mas maravilloso que alguna vez me hubiera pasado, simplemente no le permitiría que lo dijera, mi corazón no lo soportaría.
-Jasper, lo que paso pasó, no lo podemos cambiar, pero no vamos a echar a la borda nuestra amistad ¿verdad?- sentí la necesidad de mirarle, y eso fue un grave error.
Su mirada estaba ennegrecida, sin en cambio esta vez no podía leer lo que su rostro reflejaba, ¿era acaso decepción?
-Alice no haz entendido, déjame que te explique, yo…- puse una mano en sus labios.
- no necesitas explicar nada, jazz, somos amigos, recuérdalo, lo hemos sido y lo seremos por siempre.- sentencie sin siquiera dejar que él hablase.
-solo amigos- hablo casi escupiendo las palabras, como si nuestra amistad fuera algo que le diera asco, aberración, una infamia que no se podía permitir. Su silencio solo hacia que pensara lo peor.
-claro, si tu estas de acuerdo,- trate de arreglar- si no es asi…- me levante de la silla dispuesta a salir huyendo del sitio, si el contestaba que no estaba de acuerdo, al menos tendría la oportunidad de no ser mas herida y no derrumbarme allí mismo, pero sin embargo, algo me retuvo, un fuerte brazo se aferro a mi muñeca.
-no, Alice, por favor, nunca desearía eso, no te marches-suplico apretando con fuerza su agarre, no lo suficiente para lastimarme, pero tampoco tan débil como para poder zafarme de el.
- esta bien Jazz- sonreí, o al menos eso trate- nuestra amistad es mas fuerte que cualquier cosa.
-¿solo mi amistad?- hizo la pregunta como si fuera mas para él que para mi, pero aun así conteste.
-claro, solo tu amistad.
Esa era la mentira mas grande que alguna vez hubiera dicho, pero no quería que el supiera mis sentimientos verdaderos, ellos estarían acompañándome por siempre, solo deseaba verle feliz y sonriendo, y si no era conmigo, lo seria con otra persona, a pesar de todo mi amor por el era tan fuerte que sacrificaría cualquier cosa, aunque fuera mi propia vida, e incluso mi propia felicidad. Sin pedir nada a cambio, ni su cariño, ni nada, como ya lo he mencionado, entre nosotros solo podia haber algo, nuestra linda y dulce, pero destructiva (para mi) amistad.

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queridas lectoras aqui esta un pequeñisimo regalo de navidad que deseo darles en agradecimiento por estar al pendiente de el blog.
ademas tambien es parte de mi compensacion por haber estado tanto tiempo sin actualizar
chicas ojala hayan pasado una muy muy feliz navidad!!!! =D
y les deseo que tengan un feliz año nuevo y que sigan con nosotros el año que viene !!!!! 
aaahhh  y por favor no olviden dejar sus comentarios al final !!!! 


miércoles, 19 de diciembre de 2012

capitulo 6

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capitulo 6 primera parte...


-Nessie- dijo Edward con una sutil sonrisa empezando a aparecer por sus labios, pero antes siquiera de que dijera algo mas, sintió el fuerte impacto de una mano en su mejilla.
Ese movimiento le dejaba en claro que ella sabía lo que había pasado.
-TU!! Canalla, ¿dime con qué derecho te atreves a presentarte en mi casa después de lo que le hiciste a Bella?- le grito sin piedad Vanessa antes de tratar de cerrar la puerta. Sin embargo, el pie de Edward no se lo permitió.
- no pienso moverme de este lugar hasta que no me hayas escuchado- sentencio, aunque su voz no sonara del todo convencida.
Vanessa no tenia cabeza para pensar en ese momento, tenia fuertes sentimientos encontrados, no sabia que hacer, lo primero que pensó fue en echar a  patadas a su hermano, reclamar como nadie se había atrevido a hacerlo, por su cobardía, por su idiotez, por todo. Pero también estaban aquellos sentimientos que surgen cuando te reencuentras con alguien tan cercano como lo eran ellos, hermanos, gemelos, compartían un vínculo especial que nadie, ni tiempo ni la  distancia podían romper.  ¿Qué diablos debía hacer?
Edward por otro lado veía reflejado en el rostro de su hermana aquella confusión, como si dentro de si se estuviera llevando a cabo una batalla, quiso aprovechar aquel pequeño lapso para poder colarse dentro de la casa, pero de la nada una fuerza lo jalo por detrás y lo alejo bruscamente de la puerta.
-¿Qué diablos quieres?- pregunto una voz masculina proveniente de un hombre de tes morena, bastante fortachón, que se interpuso entre el aquellos dos hermanos. 
Desde la distancia Jacob había visto aquella escena desde su camioneta, y por un momento, solo una fracción de segundo estuvo de salir corriendo y partirle la cara al imbécil que se atrevía a perturbar su hogar y a su novia, pero cuando observo detenidamente el rostro de aquel hombre, se dio cuenta de inmediato quien era, pero también estaba empezando a crecer otra furia en su interior, la de la ira venia a partir del odio y el rencor.  Ambos hombres mantuvieron su mirada fija en los ojos del otro, Jacob con los puños apretados, tratando de controlarse y no hacer algo de lo que tal vez se pudiera arrepentir más tarde, Edward esta un poco confundido, ¿Quién era ese hombre que lo había tratado de ese modo?, pero mas que nada ¿Por qué lo miraba con odio y rencor sin conocerlo?
El tiempo que pasaron en esa posición pareció eterno, nadie decía nada, nadie sabia cual era la forma en la que se debería actuar.
Por fin, cuando Edward trato de ponerse en pie, Jacob  hablo.
-¿A QUE DIABLOS VIENES DESPUES DE TANTO TIEMPO? ¿NO CREES QUE ES UN POCO TARDE?- Jacob estaba a nada de llenar a Edward de golpes, cuando, por detrás, una suave mano que conocía a la perfección lo detuvo.
-por favor, ya basta- la voz de Nessie apenas fue un hilo de voz, tal fino y delgado que no parecía a ver venido de ella. Su rostro reflejaba tristeza y sus mejillas se empezaban a humedecer con las lagrimas.
-perdón nena- dijo su novio volteando su cuerpo y dándole consuelo entre sus brazos- lo siento si te he asustado- repuso acariciando su cabello. Vanesa se alejo un momento de sus brazos para ver como Edward contemplaba la escena estupefacto.
-vete Edward, no quiero hablar contigo en este momento- le dijo mientras se sostenía del cuerpo de su novio.
-Nessie, yo….- pero ya no pudo decir mas, sabia que había echo mal, sabia que no tenia derecho siquiera de mostrar la cara o decir al menos una justificación a tal bajeza que había cometido, sin embargo esta ahí, esta buscando lo que había perdido, rezando para que el destino pudiera concederle una segunda oportunidad.
Su cuerpo no podía mas, su mente tampoco, y sin siquiera notarlo, su vista empezó a nublarse mientras se desplomaba en el suelo, escuchando a lo lejos su nombre. Y viendo como ultima imagen una sobra que se acercaba a él.
……….
La oscuridad parecía no acabar, el miraba en todas las direcciones posibles, buscando la salida de tan profunda soledad. No la encontraba, por mas que trataba no veía nada a su alrededor, y de pronto, como si se tratase de un milagro, unas gentiles manos se acercaban a el y lo abrazaban por detrás, mientras una hermosa voz le susurraba. “te he extrañado”-
Edward sabia quien era, Bella, su Bella que lo recibia con los brazos abiertos, como si nunca hubiera pasado nada, como si aquellos seis años no hubieran sido mas que un solo segundo. Pero de la nada, Bella ya no estaba a su lado, estaba lejos de él, y aunque Edward trataba y trabada de alcanzarla y la llamaba a gritos para que no se alejara, ella jamás lo miraba, jamás lo volteaba a ver, ni un solo instante.
-Edward, Edward despierta- de pronto desde la lejanía Edward escuchaba una voz, mientras sentía como su cuerpo era sacudido ligeramente.- vamos Ed abre los ojos- la voz se hacía cada vez mas y mas cercana, mientras que aquella visión de Bella si alejaba cada vez mas y mas hasta que, de pronto, los ojos de Edward se abrieron lentamente, cegados repentinamente por la luz que había en la habitación.
Trato de enfocar la vista en algo, aunque al principio no dudo en levantarse de donde fuese que estaba acostado, sin embargo, en menos de lo que pensaba perdió el equilibrio y tambaleo.
-hey tu!!- escucho la voz de un hombre- si vuelves a hacer eso estarás peor, así que cálmate y estate en paz- de inmediato Edward trato de mirar del lugar de donde provenía la voz, solo para ver a aquel fortachón que lo había tirado con los brazos cruzados mirando fijamente en su dirección.  De un momento a otro visualizo a su hermana sentada en una silla justo a su lado, pero ella no dijo nada, simplemente se limito a levantarse y salir de la habitación sin decir nada y por supuesto sin mirar a los ojos a su hermano, aun no podía, primero debía de aclarar varias cosas que tenia rondándole en la cabeza antes de decir a hacer algo.
Jacob solo movió negativamente la cabeza mientras se alejaba un poco del lugar, y caminaba rumbo al vestíbulo.
-quédate quieto, no es bueno que te estés moviendo tanto, Vanesa vendrá en un momento- dijo secamente mientras caminaba hasta desaparecer de la vista, para posteriormente escuchar  una puerta cerrarse. Edward solo atino a cerrar los ojos y apoyar su mano por encima de la cabeza, ¿Qué diablos pasaba ahora y porqué había tenido aquel sueño?
Mientras tanto, en la cocina Nessie luchaba contra sus dos partes que se encontraban en discordia.  Por un lado estaba feliz del regreso de su hermano, y en verdad quería escuchar lo que había sucedido de sus propios labios, quería, no, necesitaba saber que lo había orillado a tomar semejante decisión, sin embargo, también estaba la razón que le decía que a pesar de lo que dijera, no podía tener justificación alguna, no era posible que aquella bajeza pudiera ser explicada. Pero quedaba la duda, ¿Qué diablos debía hacer? Además sabia que no solo era ella, había varios involucrados, entre ellos su novio, amigo, consejero, pero sobre todo, la persona que mas amaba y por la cual estaría dispuesta a todo, Jacob…. Ese solo nombre le recordó que aunque ella escuchara todo, no solo estaba ella, también Jake, de alguna manera los dos tenían que escuchar la versión de su hermano y no solo eso, sino también de decidir que era lo mejor que convenia hacer, sabia que a Jake no le agradaría la idea. Lanzo un débil suspiro mientras tomo una tetera y la lleno con agua y un poco de te.
Al parecer aquella tarde seria bastante larga……

***********
lo siento lo siento lo siento
enserio no me maten por subir tan poquito, pero prometo que a mas tardar el viernes subo la continuacion, 
por favor no olviden dejar sus opiniones y comentarios!!!! 

lunes, 17 de diciembre de 2012

capitulo dos. los años pasan...


Carlisle acomodaba todas su cosas mientras de la maleta sacaba un caramelo para dárselo a su pequeña paciente.
-esto es para ti bella, por ser tan buena niña- tendió el dulce a una pequeña niña de hermosos y rizados cabellos.
-gacias tío Cali ¿bella ya puede id?- pregunto mirándolo con aquellos grandes ojos color chocolate.
-si mi niña, ya acabamos con tu consulta- respondió mientras cuidadosamente Bella bajaba de la mesa de revisión y abría la puerta de la habitación.
Carlisle miro como esa pequeña salía corriendo con el dulce en mano; se quito la bata y también salió cerrando la puerta a su paso.
Aro esperaba como siempre un tanto lejos del lugar, aguardando a que su hija viniera a él.  Pudo escuchar como Bella corría por el pasillo con pasos algo torpes y no muy seguros, pronto llego gritando con su padre.
-pa, papi, mida, tío Cali me dio eto po pótame bien- balbuceo mientras Aro la cargaba en brazos.
Atrás de ella venia el medico tío.
-Carlisle, ¿Cómo se a portado?
-mejor que otros pacientes- miro hacia otro lado- es una buena niña, al parecer no tiene nada malo, solo le he recomendado unas vitaminas y que salga mas al sol, su piel es demasiado blanca.
-amigo mío, ella pasa la mayoría del día en los jardines de la casa jugando con sus juguetes e incluso con alguno de nosotros.- aro parecía algo perturbado por el hecho de que su hija pudiera encontrarse enferma.
-entonces, debo suponer que solo es su verdadero color de piel.
-supongo que si-aro parecía algo agobiado, desde que su amigo había llegado hace unos tres días, se la había pasado pensando en una idea que le había surgido.
-Carlisle, amigo , ¿ te importaría que charláramos en el jardín?
-no para nada… pero…ella- miro por un momento a la niña que Aro sostenía en sus brazos, de apenas tres años que comía su dulce alegremente.
-no te preocupes, ella sabe lo que sucede cuando la luz toca nuestras pieles.
Sin mucha dificultad caminaron hasta que llegaron a los pórticos que daban el acceso a un hermoso jardín que se extendía hasta donde la vista alcanzaba a cubrir, Aro dejo a Bella en cuanto esta vio el sol y a Alec entrenando.
 Volterra no era un lugar muy grande, y menos el castillo donde ellos habitaban pero al menos sabia que en ese lugar lleno de vampiros estaba bien.
-parece que Alec y Isabella se llevan muy bien- miraba como Alec trataba a la niña, como si fuera su hermana pequeña, jugaba con ella, corriendo de un lugar a otro.
-el cariño que le tiene es de hermanos- Aro miro hacia donde andaban Félix y Demetri- la mayoría son muy pacientes con ella, es una niña en verdad especial, sin embargo hoy quisiera hablar de otra cosa contigo.
-habla entonces
-amigo, te estimo demasiado como para obligarte a algo que tu no desees, pero me gustaría que en tus decisiones estuviera la de poder venir a vivir a Volterra, mi hija a pesar de todo es solo una humana,  me agobia la posibilidad de verla enferma.
-Aro, sabes que te aprecio mucho, en verdad me gusto pasar con ustedes el tiempo que me acogieron, pero mi vida está con mi familia, sin ellos no sé como seguir.
-pues si ese es el caso, tráelos contigo, podremos emplearlos para que cuiden de mi hija.
-aun así, nuestras costumbres son diferentes
Cuando Carlisle decía “costumbres” siempre se refería a la forma de alimentación, desde que había iniciado su vida como vampiro, se había sustentado con una dieta al que el mismo decía vegetariana, pues solo consumía sangre de animales, sin en cambio, todos los demás vampiros se alimentaban de la sangre humana.
-no me importa si te alimentaras de sapos,- trato de relajar el ambiente- pero necesito tenerte aquí, los viajes desde estados unidos son muy largos y si hubiera una emergencia me gustaría tenerte de inmediato.
Carlisle lo medito, en el jardín, Bella había dejado que Demetri se uniera al juego, aunque Félix parecía distante, se veía divertido con aquella escena de vampiros con grandes poderes jugando con una pequeña niña.
-no lo se, de verdad esta no seria solo una decisión mía solamente, sino de mi familia, aprecio mucho tu oferta pero por el momento tendré que desistir de ella.
-como prefieras, pero la oferta siempre estará en pie-y dicho esto se acerco se encamino hacia su hija.
Carlisle miro como ella sin ningún temor abrazaba a su padre y le daba un fuerte beso en la mejilla, era extraño ver a una pequeña humana como aquella viviendo entre tanto vampiros, y mas aun que viera sus cuerpo brillar al sol sin temer o extrañarse.
La niña se deshizo del abrazo de su padre y corrió hacia él, su vestido de terciopelo rojo era muy lindo, le quedaba un poco más arriba del tobillo con un lindo detalle en color negro, su cabello estaba recogido en una coleta y algunos mechones colgaban en su cara, parecía una niña de otra época.
-tío, quedes venir a jugar con Bella
-no Bella, ahora me tengo que ir- se agacho hasta quedar a su altura y le acomodo un mechón de sus marrones cabellos atrás de la oreja.
-¿puque?- pregunto muy curiosa.
-por que mi esposa e hijos me esperan en casa- contesto.
-¿mañana puedo jugar con tus niños?
-no precisamente mañana, pero algún día vendrán a visitarte.
-seguro
-muy seguro.- Bella sonrió y vio a Carlisle directo a los ojos, de repente sus manitas fueron a las mejillas y sus miradas se cruzaron por un segundo.
-tus ojos son diferentes-dijo con picaría.
-si Bella, todos los ojos de las personas son diferentes- trato de decir Carlisle.
-no es no cieto, los demás son dojos, como mi vestido, los tuyos son muy bonitos, ¿Qué colo son?
 -son de color ámbar- dijo algo sonriente, para su corta edad era muy despierta.
-bueno, entonces tío Cali se queda a cena con Bella- dijo dejando a una lado aquella pequeña duda de los ojos.
-Isabella, no puedo- trato de excusarse.
-amigo mío, no te negaras a la invitación de una doncella tan linda como lo es mi sobrina ¿ o si?- Marcus se acercaba sigilosamente hacia donde se encontraban.
Tío Macu- chillo la pequeña mientras corría a abrazar las piernas de este.
-dile que no vaya, la luz, los demás no entienden y verán a tío cali diferente- trato atropelladamente de decir la niña, aunque Carlisle no pudo entender muy bien, marcus sonrió complacido de que aquella niña supiera sobre aquel tipo de cosas.
- ella tienes razón mi amigo, todavía no oscurece, deberías quedarte hasta después del crepúsculo para mayor seguridad.
Carlisle se sorprendió solo un poco, pues en verdad solo hasta cierta parte esa pequeña sabia sobre lo que la rodeaba.
-entonces tendré que irme después de la hora de la cena.- Carlisle vio en dirección de Isabella que brincaba y aplaudía de felicidad. De repente recordó vagamente a una personita que se le parecía, dejando que se le formara una sonrisa en el rostro.-siiii!- grito mientras se alejaba en dirección a su padre.
-¿Cómo es posible?- pregunto Carlisle para si mismo.
-te inquieta algo mi amigo-cuestiono Marcus.
El movió la cabeza negativamente.
-nada, simplemente es algo extraño tratar con una pequeña que sabe tanto.
-créeme, no eres el único, Isabella es una humana muy especial, incluso para su corta edad, ella entiende su mundo y no lo cuestiona, solo ve el lado positivo, todos los que la rodean le tienen un afecto, hasta Cayo es demasiado tolerante con ella.
Eran ya dos veces en el dia que Carlisle escuchaba decir el cariño que sentían hacia ella y lo especial que era. Mientras hablaban y miraban hacia los jardines, Jane se acerco a Marcus.
-mi señor, Heidi a llegado con la caza del día.- su sonrisa frívola y sus ojos rojos daban a atender que ella podía ser todo, menos amable o bondadosa.
-perfecto, ya saben a donde conducirlos, en unos momentos vamos, por favor infórmale Cayo.
Jane hizo una pequeña reverencia y se marcho casi tan rápido como había llegado.
Marcus se disculpo y fue hacia su hermano Aro, quien dibujo una sonrisa en cuanto escucho la noticia.
Todos los vampiros casi de inmediato desaparecieron de la vista, dejando un poco sola a la niña. Esta corrió entonces en rumbo a Carlisle. Aro iba detrás de ella.
-tío Cali puede acompaña a bella a su cuato- dijo mientras tiraba de su brazo.
- Carlisle, te molestaría acompañar a Isabella a su cuarto mientras nosotros nos ocupamos de algunos asuntos, te invitaría, pero bien se que no vez con buenos ojos nuestra alimentación.
-Aro, no me molestaría acompañar a Isabella en su ausencia.- señalo tratando de cortar esa conversación de tajo.
-perfecto, mi niña,- dijo Aro acariciando gentilmente el rostro de la pequeña- en un momento regreso, me prometes que te portabas bien.
Aro se agacho hasta quedar a su altura y Isabella le dio un pequeño beso en la mejilla a su padre a modo de respuesta.
Este se alejo a paso veloz, dejando ver un pulcro traje, digno de un rey como él.
Ella se encamino de vuelta hacia su habitación de juegos. Carlisle la siguió sin decir nada, la verdad no sabía que hacer, pues en su vida había estado en alguna situación como aquella.
Cuando Isabella abrió las grandes puertas de madera, Carlisle miro asombrado aquella habitación. Lleno de libros y muñecas de hermosas caras, en un espacio había un gran mosaico, donde dibujos de todos tipos se formaban en el, rosas de rojos diferentes, aves y animales de todo tipo adornaban aquel sitio.
En una orilla había todo un hermosa mesa dispuesta con bocadillos y te recién preparado, la sala que estaba en ella se encontraba ordenada,  los sillones de diferentes formas combinaban con las paredes de un leve lila pálido.
Isabella corrió hacia la mesa y tomo un plato de bocadillos, en el cual ofreció a su nuevo invitado.
-¿quiedes uno?- pregunto algo divertida.
El no tuvo más opción que coger uno y llevarse un pequeño trozo a la boca, asqueado un poco por la textura.
-sabes, casi no pueban mi comida cuando vienen los demás con Bella, etoy feliz que tio cali si lo haga.
Carlisle se sentó en la sala mientras veía como Isabella corría de un lado a otro tomando algo y volvía a enseñárselo.
De repente un grito apenas audible atrapo la atención de Carlisle, pensó que tal vez por su sentidos el solo lo había escuchado, pero no fue así.
-sabes, cuando Bella escucha eso, casi siempe huele muy feo. A Bella no gusta.
Esta frase en particular llamo la atención de Carlisle.
-¿a que te refieres Isabella? ¿Qué hueles?
Ella soltó un leve suspiro antes de contestar. Se acerco y le susurro al oído.
-no digas a nadie, pero huele muy dado, como a sal con algo más, Bella no sabe.
Después de ese momento Isabella recupero su agitada tarea de mostrar a Carlisle con lo que se le ocurría
Pasado el tiempo ella se cansaba cada vez mas, solo tomo un poco de te con un par de bocadillos y se durmió en el sillón mas largo con forma de abanico.
El tiempo paso casi imperceptible para Carlisle, cuando las puertas se volvieron a abrir y entro un Aro muy sonriente.
-disculpa la demora- se excuso.
-no importa, pero me temo que debo irme.
-lo entiendo, Félix a preparado un auto para ti, puedes marcharte cuando lo desee, el te acompañara hasta el aeropuerto.
Se despidieron y Aro lo acompaño hasta salir por una de las puertas trasera de Volterra, en la calle, protegidos por la oscuridad se encontraban un auto negro de vidrios polarizados y a un muy serio Félix.
-amigo, por favor considera la propuesta que te he ofrecido esta tarde, no la olvides.
-créeme, no la olvidare, hasta luego Aro.
Subió al carro y se fue si decir nada mas, sus pensamientos estaban el torno a la hija de su amigo.
¿Acaso Isabella podía oler la sangre humana?. Era normal en un vampiro, pero lo dudaba de una hija procedente de un vampiro que era mas humana que vampiro.
No sabía porque pero tenía la extraña sensación que no permanecería lejos de esa niña por mucho tiempo.
*******

perdon por la demora pero aqui tienen el segundo capitulo!!!!! 
por favor dejen sus comentarios y/o sugerencias como gusten =D


miércoles, 5 de diciembre de 2012

capitulo uno. la niña deseada

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Hace veinte años…
Aro se paseaba de un lado al otro de la habitación, en tres meses había concebido lo que hasta el mismo creía imposible en un principio. Descendencia,  desde hace solo medio año que se lo había planteado en la cabeza y ahora era el momento.
Por el pasillo pasaban mujeres con todo tipo de artefacto, utensilios llenos de sangre, toallas, agua. Salían y entraban del pequeño cuarto ubicado en el fondo del corredor.
Discretamente poso su mano en el puente de la nariz, para evitar a toda cosa que su instinto lo traicionara.
Cayo lo miraba sentado en uno de los tanto sillones de terciopelo que se encontraban en el sitio, mientras que en su mano descansaba una gran copa, el observaba detenidamente como el  liquido carmín se movía lentamente.
-Aro-dijo aun sin mirarlo- hermano mío, deberías calmarte un poco, no es normal que un vampiro este en tu estado- dio un sorbo a su copa, lo que causo que la sangre se le quedara en los colmillos.
-lo se- admitió-  pero es tan difícil no saber  nada.
-¿Qué es difícil?- pregunto marcus apartando su mirada de la ventana-  el hecho que no sepas el resultado final de tu experimento y el hecho de no saber nada de tu querida René.
Aro se contuvo de dar alguna respuesta, solo atino a tensar la mandíbula y cerrar los puños.
Siguió con su distracción mientras esperaba.
Una hora y media después se oyó un grito desgarrador, seguido por un llanto, casi de inmediato una mujer de unos cuarenta años entro en la habitación, sus ropas de enfermera estaban llenas de sangre, sangre de René.
-señor puede pasar, a nacido- la mujer parecía demasiado nerviosa, tratando a toda costa de no mirar directo a su rostro, a eso imponentes ojos carmín, era normal estar así frente a un vampiro.
-gracias- lamento que pronto tendremos que matarte, termino la frase en su mente  mientras salía de la habitación.
Corrió y abrió estrepitosamente la puerta que había visto cerrada desde hace horas.
La habitación había sido acomodada de tal manera que era en verdad una gran sala de quirófano, los aparatos que en ella se encontraban era únicos y ni el mejor hospital del mundo contaba con la tecnología que este poseía.
En el centro de la mesa de operaciones, llena de sangre y sudor, se encontraba esa mujer tan hermosa como única.
-René- fue lo único que dijo mientras se dirigía a paso humano junto a ella- ¿Cómo estas?-tomo su mano entre las suyas.
-bien, solo cansada-  René estaba mas que cansada, el cuerpo casi no le respondía, había perdido demasiada sangre en el parto, pero aun trataba de luchar por su vida, por su hija.
Aro ignoro casi todo el olor que la sangre de René había esparcido por toda la habitación, impregnando cada rincón con su aroma. El ruido de maquinas y llanto era lo único que podían escuchar sus agudos oídos. Dejo la mano de René colgando en el aire.
Se acerco poco a poco a una pequeña cuna en donde una niña de rizos oscuros gimoteaba; con sumo cuidado Aro la saco de el lugar y la acuno en sus brazos. La arrullo cálidamente mientras se volvía hacia René. Los gemidos de aquella pequeña criatura fueron disminuyendo hasta acabar.
-es hermosa- dijo acariciando su pequeño rostro.
-lo es-alargo un poco las manos para poderla alcanzar.
Aro la acerco hasta que quedo a su altura.
-su nombre es Isabella-susurro
Pronto su respiración empezó a decaer hasta que Aro dejo de escuchar su corazón.
-no- dijo mientras daba la niña a una enfermera, se acerco al cuerpo ya sin vida de la madre.  Busco rápidamente algún indicio de que ella estuviera viva, algo que le diera una oportunidad.
Corrió a todos los humanos que se encontraban en el lugar.
Cuando no encontró nada acerco su boca a la yugular de ella pero una mano lo detuvo.
Aro, es demasiado tarde- Carlisle miraba con tristeza a su viejo amigo- ya no servirá de nada.
Miraba a la madre de su hija muerta en aquel lugar, si hubiera podido llorar lo hubiera hecho, pero no podía, el sabia que parte de su experimento podía arriesgar la vida de una persona, pero nunca quizo arriesgarla a ella.
Pero ahora ya no había vuelta atrás, lo único que le quedaba como recuerdo del amor que un día conoció, era esa hermosa niña, su Bella.
Salió del cuarto mientras le era entregada su niña, camino por el pasillo hasta que entro a la habitación en donde se encontraban sus hermanos.
Cayo lentamente bajo su cuarta copa de sangre mientras ponía atención aquella niña que cargaba su hermano.
-vaya, hermano mío,  en verdad que tu experimento ha tenido resultados satisfactorios- una sonrisa surcaba sus labios pintados de carmín.
-felicitaciones- marcus miro en un instante todo el cariño que se estaba formando instantáneamente entre aquellas dos personas.
Aro se sentó en el sofá de cuero negro mientras Heidi y jane se acercaban.
-señor, los humanos están en la habitación azul listos- Jane parecía algo incomoda al ver como Aro veía a la pequeña entre sus brazos.
-estupendo, por favor encárguense de ellos- ni siquiera volteo a ver como Heidi miraba de forma casi asesina a su niña.
Jane asintió y salió casi llevando a rastras a Heidi, cayo y marcus caminaron lentamente hasta que dejaron solo a Aro.
Pronto los gritos empezaron a oírse desde la otra habitación.
la pequeña bella empezó a despertarse lentamente entre gimoteos,
-no temas mi niña, ahora yo estoy contigo y nadie te va a dañar. Lo juro.- arrullaba cuidadosamente a su hija, como si fuera una delicada mariposa de cristal  que en cualquier momento pudiera romperse.

bueno se que tarde mas que lo debido pero en serio no fue culpa mia!!!! T_T no me maten 
en fin a partir de aqui tratare de publicar cada semana un capitulo ya sea de este o de mi otra historia 

por que tokita a vuelto!!!!!

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