lunes, 17 de diciembre de 2012

capitulo dos. los años pasan...


Carlisle acomodaba todas su cosas mientras de la maleta sacaba un caramelo para dárselo a su pequeña paciente.
-esto es para ti bella, por ser tan buena niña- tendió el dulce a una pequeña niña de hermosos y rizados cabellos.
-gacias tío Cali ¿bella ya puede id?- pregunto mirándolo con aquellos grandes ojos color chocolate.
-si mi niña, ya acabamos con tu consulta- respondió mientras cuidadosamente Bella bajaba de la mesa de revisión y abría la puerta de la habitación.
Carlisle miro como esa pequeña salía corriendo con el dulce en mano; se quito la bata y también salió cerrando la puerta a su paso.
Aro esperaba como siempre un tanto lejos del lugar, aguardando a que su hija viniera a él.  Pudo escuchar como Bella corría por el pasillo con pasos algo torpes y no muy seguros, pronto llego gritando con su padre.
-pa, papi, mida, tío Cali me dio eto po pótame bien- balbuceo mientras Aro la cargaba en brazos.
Atrás de ella venia el medico tío.
-Carlisle, ¿Cómo se a portado?
-mejor que otros pacientes- miro hacia otro lado- es una buena niña, al parecer no tiene nada malo, solo le he recomendado unas vitaminas y que salga mas al sol, su piel es demasiado blanca.
-amigo mío, ella pasa la mayoría del día en los jardines de la casa jugando con sus juguetes e incluso con alguno de nosotros.- aro parecía algo perturbado por el hecho de que su hija pudiera encontrarse enferma.
-entonces, debo suponer que solo es su verdadero color de piel.
-supongo que si-aro parecía algo agobiado, desde que su amigo había llegado hace unos tres días, se la había pasado pensando en una idea que le había surgido.
-Carlisle, amigo , ¿ te importaría que charláramos en el jardín?
-no para nada… pero…ella- miro por un momento a la niña que Aro sostenía en sus brazos, de apenas tres años que comía su dulce alegremente.
-no te preocupes, ella sabe lo que sucede cuando la luz toca nuestras pieles.
Sin mucha dificultad caminaron hasta que llegaron a los pórticos que daban el acceso a un hermoso jardín que se extendía hasta donde la vista alcanzaba a cubrir, Aro dejo a Bella en cuanto esta vio el sol y a Alec entrenando.
 Volterra no era un lugar muy grande, y menos el castillo donde ellos habitaban pero al menos sabia que en ese lugar lleno de vampiros estaba bien.
-parece que Alec y Isabella se llevan muy bien- miraba como Alec trataba a la niña, como si fuera su hermana pequeña, jugaba con ella, corriendo de un lugar a otro.
-el cariño que le tiene es de hermanos- Aro miro hacia donde andaban Félix y Demetri- la mayoría son muy pacientes con ella, es una niña en verdad especial, sin embargo hoy quisiera hablar de otra cosa contigo.
-habla entonces
-amigo, te estimo demasiado como para obligarte a algo que tu no desees, pero me gustaría que en tus decisiones estuviera la de poder venir a vivir a Volterra, mi hija a pesar de todo es solo una humana,  me agobia la posibilidad de verla enferma.
-Aro, sabes que te aprecio mucho, en verdad me gusto pasar con ustedes el tiempo que me acogieron, pero mi vida está con mi familia, sin ellos no sé como seguir.
-pues si ese es el caso, tráelos contigo, podremos emplearlos para que cuiden de mi hija.
-aun así, nuestras costumbres son diferentes
Cuando Carlisle decía “costumbres” siempre se refería a la forma de alimentación, desde que había iniciado su vida como vampiro, se había sustentado con una dieta al que el mismo decía vegetariana, pues solo consumía sangre de animales, sin en cambio, todos los demás vampiros se alimentaban de la sangre humana.
-no me importa si te alimentaras de sapos,- trato de relajar el ambiente- pero necesito tenerte aquí, los viajes desde estados unidos son muy largos y si hubiera una emergencia me gustaría tenerte de inmediato.
Carlisle lo medito, en el jardín, Bella había dejado que Demetri se uniera al juego, aunque Félix parecía distante, se veía divertido con aquella escena de vampiros con grandes poderes jugando con una pequeña niña.
-no lo se, de verdad esta no seria solo una decisión mía solamente, sino de mi familia, aprecio mucho tu oferta pero por el momento tendré que desistir de ella.
-como prefieras, pero la oferta siempre estará en pie-y dicho esto se acerco se encamino hacia su hija.
Carlisle miro como ella sin ningún temor abrazaba a su padre y le daba un fuerte beso en la mejilla, era extraño ver a una pequeña humana como aquella viviendo entre tanto vampiros, y mas aun que viera sus cuerpo brillar al sol sin temer o extrañarse.
La niña se deshizo del abrazo de su padre y corrió hacia él, su vestido de terciopelo rojo era muy lindo, le quedaba un poco más arriba del tobillo con un lindo detalle en color negro, su cabello estaba recogido en una coleta y algunos mechones colgaban en su cara, parecía una niña de otra época.
-tío, quedes venir a jugar con Bella
-no Bella, ahora me tengo que ir- se agacho hasta quedar a su altura y le acomodo un mechón de sus marrones cabellos atrás de la oreja.
-¿puque?- pregunto muy curiosa.
-por que mi esposa e hijos me esperan en casa- contesto.
-¿mañana puedo jugar con tus niños?
-no precisamente mañana, pero algún día vendrán a visitarte.
-seguro
-muy seguro.- Bella sonrió y vio a Carlisle directo a los ojos, de repente sus manitas fueron a las mejillas y sus miradas se cruzaron por un segundo.
-tus ojos son diferentes-dijo con picaría.
-si Bella, todos los ojos de las personas son diferentes- trato de decir Carlisle.
-no es no cieto, los demás son dojos, como mi vestido, los tuyos son muy bonitos, ¿Qué colo son?
 -son de color ámbar- dijo algo sonriente, para su corta edad era muy despierta.
-bueno, entonces tío Cali se queda a cena con Bella- dijo dejando a una lado aquella pequeña duda de los ojos.
-Isabella, no puedo- trato de excusarse.
-amigo mío, no te negaras a la invitación de una doncella tan linda como lo es mi sobrina ¿ o si?- Marcus se acercaba sigilosamente hacia donde se encontraban.
Tío Macu- chillo la pequeña mientras corría a abrazar las piernas de este.
-dile que no vaya, la luz, los demás no entienden y verán a tío cali diferente- trato atropelladamente de decir la niña, aunque Carlisle no pudo entender muy bien, marcus sonrió complacido de que aquella niña supiera sobre aquel tipo de cosas.
- ella tienes razón mi amigo, todavía no oscurece, deberías quedarte hasta después del crepúsculo para mayor seguridad.
Carlisle se sorprendió solo un poco, pues en verdad solo hasta cierta parte esa pequeña sabia sobre lo que la rodeaba.
-entonces tendré que irme después de la hora de la cena.- Carlisle vio en dirección de Isabella que brincaba y aplaudía de felicidad. De repente recordó vagamente a una personita que se le parecía, dejando que se le formara una sonrisa en el rostro.-siiii!- grito mientras se alejaba en dirección a su padre.
-¿Cómo es posible?- pregunto Carlisle para si mismo.
-te inquieta algo mi amigo-cuestiono Marcus.
El movió la cabeza negativamente.
-nada, simplemente es algo extraño tratar con una pequeña que sabe tanto.
-créeme, no eres el único, Isabella es una humana muy especial, incluso para su corta edad, ella entiende su mundo y no lo cuestiona, solo ve el lado positivo, todos los que la rodean le tienen un afecto, hasta Cayo es demasiado tolerante con ella.
Eran ya dos veces en el dia que Carlisle escuchaba decir el cariño que sentían hacia ella y lo especial que era. Mientras hablaban y miraban hacia los jardines, Jane se acerco a Marcus.
-mi señor, Heidi a llegado con la caza del día.- su sonrisa frívola y sus ojos rojos daban a atender que ella podía ser todo, menos amable o bondadosa.
-perfecto, ya saben a donde conducirlos, en unos momentos vamos, por favor infórmale Cayo.
Jane hizo una pequeña reverencia y se marcho casi tan rápido como había llegado.
Marcus se disculpo y fue hacia su hermano Aro, quien dibujo una sonrisa en cuanto escucho la noticia.
Todos los vampiros casi de inmediato desaparecieron de la vista, dejando un poco sola a la niña. Esta corrió entonces en rumbo a Carlisle. Aro iba detrás de ella.
-tío Cali puede acompaña a bella a su cuato- dijo mientras tiraba de su brazo.
- Carlisle, te molestaría acompañar a Isabella a su cuarto mientras nosotros nos ocupamos de algunos asuntos, te invitaría, pero bien se que no vez con buenos ojos nuestra alimentación.
-Aro, no me molestaría acompañar a Isabella en su ausencia.- señalo tratando de cortar esa conversación de tajo.
-perfecto, mi niña,- dijo Aro acariciando gentilmente el rostro de la pequeña- en un momento regreso, me prometes que te portabas bien.
Aro se agacho hasta quedar a su altura y Isabella le dio un pequeño beso en la mejilla a su padre a modo de respuesta.
Este se alejo a paso veloz, dejando ver un pulcro traje, digno de un rey como él.
Ella se encamino de vuelta hacia su habitación de juegos. Carlisle la siguió sin decir nada, la verdad no sabía que hacer, pues en su vida había estado en alguna situación como aquella.
Cuando Isabella abrió las grandes puertas de madera, Carlisle miro asombrado aquella habitación. Lleno de libros y muñecas de hermosas caras, en un espacio había un gran mosaico, donde dibujos de todos tipos se formaban en el, rosas de rojos diferentes, aves y animales de todo tipo adornaban aquel sitio.
En una orilla había todo un hermosa mesa dispuesta con bocadillos y te recién preparado, la sala que estaba en ella se encontraba ordenada,  los sillones de diferentes formas combinaban con las paredes de un leve lila pálido.
Isabella corrió hacia la mesa y tomo un plato de bocadillos, en el cual ofreció a su nuevo invitado.
-¿quiedes uno?- pregunto algo divertida.
El no tuvo más opción que coger uno y llevarse un pequeño trozo a la boca, asqueado un poco por la textura.
-sabes, casi no pueban mi comida cuando vienen los demás con Bella, etoy feliz que tio cali si lo haga.
Carlisle se sentó en la sala mientras veía como Isabella corría de un lado a otro tomando algo y volvía a enseñárselo.
De repente un grito apenas audible atrapo la atención de Carlisle, pensó que tal vez por su sentidos el solo lo había escuchado, pero no fue así.
-sabes, cuando Bella escucha eso, casi siempe huele muy feo. A Bella no gusta.
Esta frase en particular llamo la atención de Carlisle.
-¿a que te refieres Isabella? ¿Qué hueles?
Ella soltó un leve suspiro antes de contestar. Se acerco y le susurro al oído.
-no digas a nadie, pero huele muy dado, como a sal con algo más, Bella no sabe.
Después de ese momento Isabella recupero su agitada tarea de mostrar a Carlisle con lo que se le ocurría
Pasado el tiempo ella se cansaba cada vez mas, solo tomo un poco de te con un par de bocadillos y se durmió en el sillón mas largo con forma de abanico.
El tiempo paso casi imperceptible para Carlisle, cuando las puertas se volvieron a abrir y entro un Aro muy sonriente.
-disculpa la demora- se excuso.
-no importa, pero me temo que debo irme.
-lo entiendo, Félix a preparado un auto para ti, puedes marcharte cuando lo desee, el te acompañara hasta el aeropuerto.
Se despidieron y Aro lo acompaño hasta salir por una de las puertas trasera de Volterra, en la calle, protegidos por la oscuridad se encontraban un auto negro de vidrios polarizados y a un muy serio Félix.
-amigo, por favor considera la propuesta que te he ofrecido esta tarde, no la olvides.
-créeme, no la olvidare, hasta luego Aro.
Subió al carro y se fue si decir nada mas, sus pensamientos estaban el torno a la hija de su amigo.
¿Acaso Isabella podía oler la sangre humana?. Era normal en un vampiro, pero lo dudaba de una hija procedente de un vampiro que era mas humana que vampiro.
No sabía porque pero tenía la extraña sensación que no permanecería lejos de esa niña por mucho tiempo.
*******

perdon por la demora pero aqui tienen el segundo capitulo!!!!! 
por favor dejen sus comentarios y/o sugerencias como gusten =D


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta historia cada vez me gusta màs, espero que puedas subir pronto el proximo capitulo. Gracias, PILI

nydia dijo...

Me fascino y seria un placer seguir leyendola gracias linda....

Twilightmaniaca dijo...

Vaya! Si que es inteligente Bella a pesar de su corta edad, ademas de que sabe mucho de vampiros, por los mismo que vive en un castillo lleno de ellos y que ademas es la única humana ahí y que también son su familia! D: viéndolo de una forma si da miedito, quien quite y hasta el propio padre se la quiera comer de postre, hay no!

Estoy casi segura que el tío Cali si se va a quedar a vivir en el castillo

Besos! Y sigue publicando

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