martes, 2 de noviembre de 2010

Fusión Cap 2





Fusión Cap 2

¿Cómo mil leches me había atrevido a darle un beso? Seguro que pensaría que era un gilipollas por hacer eso. Ni que ella me hubiera dejado ver que así lo quería, uuufff, es que de vez en cuando Edward pareces tonto.

Seguía recriminándome, aunque una extraña sensación de bienestar me invadía por dentro, no solo había aceptado tomar algo conmigo, si no que no tendría mucho que esperar, solo seria una hora y media. La llevaría a esa cafetería en la que sus bollos eran una exquisitez y después de una conversación amena la invitaría a cenar esta noche, porque la chica pintaba muy bien.

Al llegar a casa un coche aparcado en mi puerta me sorprendió, ni mucho menos quería que esta visita interfiriera en los planes que tenia para con Bella, así que decidí dar la vuelta por la parte trasera y entrar a la vivienda por el garaje en vez de por la puerta principal.

Seguro que la odiosa visitante me habría visto llegar, pero me daba igual, si creía que estaba huyendo de ella, mejor. Era exactamente lo que estaba haciendo.

Subí a mi cuarto a toda prisa y me cambie de ropa, no solo los pantalones, si no el resto también.
Pase al cuarto de baño para darme una ducha rápida, porque todavía podía notar el olor a café en mi piel, y eso no contrastaba mucho con la fragancia de mi colonia.

Unos pantalones chinos negros y un suéter gris oscuro de cuello en pico, acompañado por una americana de un gris aun mas oscuro, eran las prendas que había escogido, no quería llevar un traje completo para la cita, puesto que no quería aparentar demasiado atuendo de trabajo y oficina.

Al mirarme al espejo hubo algo que no me hacia gracia y no era esa barba de tres días que me acompañaba, y que casi siempre mi padre recriminaba, si no el pelo desordenado, que parecía una maraña alzada y loca, que por mas que intentaba colocar, quedaba como si me hubiese peinado con una rebanada de melón, así pues decidí desordenarlo del todo y punto, de todos modos con el aire que se estaba levantando no serviría de nada colocarlo.

Baje las escaleras para dirigirme de nuevo al garaje para coger mi coche y así llegar a tiempo para mi cita con Bella, cuando una voz enfermiza me paralizo en el momento.

_¡¡Luisa!! ¿Por qué demonios la dejaste entrar?_ pregunte enfurecido a la chica que trabajaba en casa

_ Perdone señorito Edward, es que casi tiro la puerta abajo y cuando fui a decirle que…_ intento aclarar la aludida

_ Quita del medio entrometida_ la corto con un empujón la mujer dueña de mis peores pesadillas

_ No se ni como sigue este adefesio trabajando aquí, la debiste echar hace mucho Edward, ¿no ves que se mete donde no la llaman?_ dijo Tanya fulminando con la mirada a la pobre muchacha

_ Primero de nada, ni se te ocurra ofender a Luisa de esa manera, porque ella es parte de la familia aquí, cosa que tú no eres, así que será mejor que te vayas porque sobras Tanya. Ya no tengo nada de que hablar contigo, así pues fuera de mi vista, y deja de merodear por mi casa o te juro que llamare a la policía y tu nombre saldrá en todos y cada uno de los malditos periódicos de la ciudad, ¿entendiste?_

La cara de Tanya se había transformado en un mar de color rojo y purpúreo, estando apunto de vociferar como siempre hacia cada vez que quería darme una escenita, pero se lo impedí, empujándola hacia la puerta de salida y cerrándola tras de si.

Me acerque a la cocina donde Luisa, una joven de unos veinticinco años y de facciones dulces y bellas, lloraba encima del fregadero.

_ No llores Luisa, ya sabes que esa mala pécora no tiene ni una brizna de corazón, y siempre ha sido así con todo el mundo, por eso ya no esta en nuestras vidas, o al menos eso es lo que intento, se agarra como una garrapata_ dije intentando que la chica sonriera por la comparación

Ella se volvió a medias y con un leve sonrojo intento sonreír tan nefastamente que no pude mas que soltar una carcajada en respuesta. Me acerque un poco mas a ella y poniendo una mano en su hombro la dije

_ Luisa, no hagas caso, de verdad que no lo merece, y si te pusiste así por lo que dijo, te diré que eres una mujer muy bella, así que ya basta de llorar y la próxima vez que esa arpía se acerque a la puerta de la entrada, tu llamas a la policía, tienes mi permiso, este yo aquí o no, ¿De acuerdo?_

Solo asintió con la cabeza y se dio la vuelta dirección al office para seguir con sus quehaceres. Era una buena muchacha y llevaba con mi familia desde hacia ya seis años, y en ningún momento se comporto como lo que Tanya la había reprochado, pero ver que una joven tan bella y hacendosa estaba bajo mi mismo techo, la volvía loca de celos. Aunque para mi Luisa era simplemente una empleada, una amiga y de vez en cuando una confidente que en momentos bajos me había escuchado, guardando muchos de mis secretos, noches de borrachera y deslices que era mejor tener ocultos. Alguna que otra vez me había hablado de situaciones de mis acompañantes, y ese también era uno de los motivos por los que Tanya la odiaba tanto, porque en una ocasión Luisa me contó que la había visto con un hombre muy acaramelada en el parque, por la noche mientras ella volvía a su casa, y al día siguiente mi fiel empleada y amiga me lo había contado todo, desde aquel día rompimos nuestra relación Tanya y yo, tortuosa desde el principio.

Ahora solo quería ir a mi cita para poder borrar todas las cosas por las que había tenido que pasar con Tanya. Un noviazgo cortó, insustancial y tedioso, que nos habían impuesto nuestros padres, sobre todo los suyos, que solo tenían ojos para la fortuna de los míos.

Conduje hasta la oficina, pensaba subir y colocar algunos papeles que tenia pendientes, pero si hacia eso no llegaría a tiempo a la hora que había quedado en el hall con Bella. Así que desistí, y después de dar unas cuantas ordenes por teléfono a mi secretaria, de que cancelara todas mis citas de por la tarde, me senté en uno de los sillones del fondo del lobby para leer el periódico y así esperar a que mi acompañante llegara.

Una sensual silueta que quitaba el hipo, salio como ángel del elevador, y con paso firme se dirigió hacia la puerta de entrada. Miro para ambos lados de la habitación, pero al estar mi sillón detrás de una de las columnas no pudo verme, se la veía radiante, y algo sonrojada, como si acabara de bajar corriendo por las escaleras.

No podía dejar de mirarla, hasta que comprendí que estaba esperándome a mí, y que su pose cada vez era más alterada, como si temiera que la fuese a dar plantón.

Me levante despacio y vi como al fin se disponía a salir por la puerta, cuando la agarre del brazo con delicadeza.

_ Perdona por hacerte esperar, pero me entretuve, ¿nos vamos ya?_ la dije tendiéndola la mano para indicarle la puerta, con una sonrisa torcida

Bella no dijo nada, se limito a bajar su mirada al piso y andar hacia donde yo la indicaba, pero había algo raro en ella, sus gestos y apariencia no eran como los había visto hacia tan solo un par de horas escasas, ahora ella aparentaba tener algún tipo de pesar incomodo y no me pude resistir en preguntarle, me estaba poniendo algo nervioso.

_ Perdona pero ¿hice algo por lo que deba disculparme? O es que quizás no quieres ya que vayamos a tomar algo, porque si es así no estas obligada para…_

_ No, no es nada de eso, lo siento si te parecí muy distante, es que la reunión de la que vengo no ha tenido el éxito que yo esperaba, pero solo dame cinco minutos y estaré al cien por cien. Me apetece desconectar y no hablar de trabajo al menos durante lo que queda del día_ dijo ahora con una media sonrisa

Pero sus ojos todavía se podían ver tristes. En un primer momento pensé en darle algún que otro consejo, relacionado con lo que fuese su trabajo, yo era muy bueno en cuestión de negocios, pero al decir que quería olvidarse de todo en lo que restaba del día, mi mente no pudo mas que anticipar que quizás si seria muy fácil que accediera a una cena en la noche, y la podría llevar al restaurante nuevo que tenia mi amigo Jasper.

Estaba con mis cavilaciones, cuando ella dejo de andar. Y en ese momento me había dado cuenta de que no tenia ni idea de para donde había estado dirigiendo mis pasos, el tenerla cerca me aturdía en cierta manera la mente.

_ ¿Por qué paramos?_ dije distraído

_ Este es mi coche_ señalo un precioso BMW color champán perfectamente aparcado

_ Bueno, creo que me despiste un poco, la verdad es que la cafetería de la que te hablaba esta en la dirección contraria a donde nos hemos dirigido, e incluso no habría echo falta coger el coche, esta muy cerca. Ahora tendremos que andar sobre nuestros pasos_ y mis manos se empezaron a enredar en mi pelo, causa del nerviosismo que me transmitía esta mujer

_ En vez de eso, podrimos coger mi coche y así nos ahorrábamos el caminar, aunque un paseo no esta tampoco mal_ y encogió insignificantemente sus hombros

En ese mismo instante, un sonido gorgojeante salio del estomago de Bella, y ella de inmediato se puso colorada, tocándose el vientre en respuesta por haberla delatado.

_ Pues creo que tu estomago vota mas por la opción de coger el coche para llegar_ dije divertido

No contesto, volvió a agachar su mirada al suelo y sin decir mas, abrió su vehiculo con el mando a distancia, indicándome con la mirada que montara en el asiento del copiloto, y así lo hice. Nada mas montar ella tenia sus ojos clavados en el salpicadero y susurro un “Es que no he desayunado mucho la verdad”

Esa pequeña confesión parecía haberla costado un triunfo, como si estuviese desvelando una especie de debilidad o algo así. Al verla tan incomoda solo asentí con la cabeza y le indique por donde podía salir para llegar a la cafetería. Y cual fue mi sorpresa que al doblar la esquina esta estaba con los cierres agachados, dejándonos ver que estaba cerrada al público en este día.

Rápidamente mi mente empezó a trabajar otro plan alternativo, y solo se me venia a la cabeza un pequeño merendero que no estaba muy lejos de mi casa, y sin sopesar la lejanía de dicho lugar, le propuse ir allí.
Me sorprendió que aceptara el nuevo destino, pero con tal de estar más tiempo con esta mujer perfecta, iría hasta el fin del mundo.
Su manera de conducir me dejaba ver lo metódica y perfeccionista que era, todo lo hacia con una elegancia innata, con movimientos dóciles y suaves. Solo ver como se mordía el labio a la espera de que los semáforos se pusieran en verde, me estaba empezando a calentar.

La conversación dentro del coche fue corta, casi inexistente, porque ella estaba concentrada en la carretera y yo estaba absorto en sus curvas y movimientos.

Al llegar sentí un alivio inmenso por encontrarnos con el pequeño merendero abierto, era muy bello, tenía una zona acristalada donde las mesas redondas parecían estar salpicadas por doquier. Los arbustos, árboles y flores de invernadero adornaban no solo a la vista, si no al olfato, dejando en el ambiente un maravilloso aroma primaveral.

Tome la silla y la aparte para que pudiera sentarse, para enseguida hacer yo lo mismo frente a ella. Había elegido una de las mesas mas pequeñas que había, solo para asegurarme de estar lo mas cerca de su cuerpo en todo momento, pero ahora con la mesa circular entre los dos, se me hacia mas difícil esa lejanía, así que deliberadamente corrí mi silla hacia ella, casi lo hice sin pensar, solo era que no me acostumbraba a sentirla tan lejos, después de lo juntos que habíamos estado en su coche.

El almuerzo transcurrió despacio y calmadamente, donde los dos hablamos de nuestros gustos y aficiones, dejando el tema del trabajo de lado. Y eso que en cierta manera sentía curiosidad, puesto que la reunión a la que había asistido había sido en el edificio de mi padre. Pero me dije a mi mismo que en otra ocasión la preguntaría sobre el tema.

Verla comer las tortitas de chocolate fue un error garrafal, porque mi cuerpo reacciono como si de un puñetero striptes se tratara, dejándome una ya dolorosa erección adornando entre mis piernas, y abultando mis pantalones.

Una gota, de ese ahora por su situación, irresistible y lujurioso chocolate, se quedo en una de sus comisuras y sin pensarlo moví mi mano inconsciente y con el dedo recogí aquella marca dulce se sus labios, para luego llevármela ha la boca. Ella me miro con los ojos quizás mas abiertos de lo normal, sorprendida supongo.

_ Solo era un poco de chocolate_ me disculpe estúpidamente

_ No te preocupes, puedes limpiarme si la situación lo requiere_ dijo con la mirada penetrante y acto seguido se volvió a ruborizar

Ya no pude mas, después de esa respuesta, mi autocontrol quedo por los suelos, así que acerque mis manos a las suyas

_ ¿Te gustaría venir esta noche conmigo a una fiesta? un amigo hace poco que tiene un restaurante, y ofrecen espectáculos nocturnos, es una especie de inauguración, algo muy sencillo la verdad_

_ Si, me encantaría, creo que un día libre no le hace daño a nadie ¿no?_

_ No, no le hace daño a nadie_ puntualice

Pague la cuenta, y la tendí la mano al levantarme para que ella hiciera lo mismo, al sentir su mano entre las mías, ya no pude soltarla y ella se dio cuenta, así que no se retiro, solo apretó mi palma y me dejo que la llevara así hasta la salida y por lo tanto su coche.

Cuando ya era inevitable soltarnos, lo hice con desgana. Mi mente y cuerpo solo se podían imaginar a esta diosa de la belleza temblando bajo mi cuerpo desnudo, y esos pensamientos incrementaban el estado en mí. Acentuando mi creciente obsesión y anticipando lo que mi pequeño miembro pensaba que sucedería después.

Me ofreció llevarme a la oficina otra vez, pero no quise, era mejor que me acercara a mi casa, puesto que estaba mucho mas cerca, luego alguien de la oficina me traería mi coche.

Si solo pudiera armarme de valor y pedirla que entrara conmigo. Pero no era cortes, y menos aun correcto. ¿En qué demonios estas pensando Edward? Ella no es una cualquiera, Bella no es de las que se acuestan con el primero que conocen una mañana de negocios.
Así que descarte esa inoportuna idea, y me dispuse a abandonar con mucho esfuerzo su coche.

_ Edward, espera_ dijo llamando mi atención

_ ¿Si?_

_ ¿A que hora quedaremos esta noche? _

_ Si me das tu dirección pasare a recogerte sobre las nueve_

_ Preferiría que quedáramos en el restaurante, dime la dirección y a las nueve allí estaré. Tengo algunas cosas que hacer antes y quizás no me encuentre en casa_ contesto restándole importancia con la mano

Y así lo hice, le di las señas exactas para poder llegar al Restaurante Fleu Conté, de Jasper y seguidamente desapareció por el camino de gravilla de la entrada a mi casa.

Mi cuerpo ya no veía el momento de que el reloj marcase las nueve en punto y así poder ver a esta mujer que sin casi tocarla ya me había vuelto loco.



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Y aqui mis chicas esta este segundo capitulo que espero les haya gustado. Como veran es mucho mas largo que el anterior, y para ser un poquito perversa, les dire que el proximo, el cap 3, sera muy muy calentito. Ok no adelantare acontecimientos.
Un beso para todos y estoy encantada de ser parte de esta maravillosa familia, las adoro mis chicas.

Irene Comendador

12 comentarios:

paty dijo...

Hola me gusta mucho la historia y mas me gusta como van esa parejita solo espero que Tania no se aparezca por el restaurant y arruine todo saludos y en espera del sguiente capi

angiie dijo...

holaa tu blogg esta geniial
me encantooo
visita mi blogg tambiien es una historiia de la sagaaa

te dejo el link por si kiieres pasar
http://seunikooangie.blogspot.com/

pulica prontoo

Carolina Gómez dijo...

Simplemente Maravilloso. me encanto la parte en la que Edward le deja en claro a Tanya cual es su lugar, y la parte del chocolate.

Te Quedo Perfecto... Quiero Ya el siguiente Capi!!!

Saluditos desde Colombia
Tatis Gómez

Èrica dijo...

Hola, la historia es muy interesante, y los personajes muy tiernos, me encanta el padre de Bella, pero padres así no existen. Ya tengo ganas de leer el proximo. Besos

May dijo...

Ha estado genial, estos dos tienen una conexión que dificilmente va entorpecer cualquier negocio,. Espero leerte pronto.

Marie C. Mateo dijo...

AWWWW lo amé!!! ME ENCANTA ESTE eDWARD iRENE...ME GUSTA COMO LOS DIBUJAS CON ESA DULZURA Y SENSUALIDAD...ÁNIMO AMII..QUE ME TENDRÁS DESESPERADA ESPERANDO EL PROXIMO CAPITULO...BESOOS

Anónimo dijo...

hola
esta SUPER emocionante la historia
desde el primer capi ya pinto muy bien pero actualiza mas rapido porfis..............ya muero por el otro capi....

romii dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
romii dijo...

OMG!!!! dios irene!!! eres la segunda escritora que leo en este blog y pues he quedad O_O muero por el siguiente, de verdad que si XD me gusta este edward, es... no se jajajaj... y eso de que no se hayan dicho los apellidos, le dio un misterio terrible jaajja... ya me imagino lo que pasará cuando se enteren... muero de verdad que si... hasta cuando tendré que esperar por el próximo? espero que no mucho porque quedé muy curiosa jjaja bueno besotes y nos leemos pronto =)

Lumy Cullen dijo...

OMG!! Irene me ha picado la curiosidad. Deseo saber como continúa y que pasará. El capí estuvo buenísimo, estoy super intrigada, de verdad que estuvo Brutal siempre Tanya llega a molestar. Please publica pronto, lo espero ansiosa Te envío muchos saludos!!!

usagui dijo...

Hola Irene me gusta mucho tu historia ya no la vas a seguir publicando en realidad me dejo muy intrigada porfa continua saludos

saraipineda dijo...

Hola nena molestando por casualidad di con Está maravillosa historia y me preguntó si continuaste con ella y donde Muchas emosion X leerlo pronto graciasssss graciasssss graciasssss graciasssss graciasssss graciasssss

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